Isla Teja

– Paula Alcaíno – Percy Alvarado – Franco Fuentes – Sebastián Sobarzo

Campus Isla Teja a Colegio Alemán

El lugar seleccionado para el registro sonoro fue la Isla Teja, desde las instalaciones de la Universidad Austral de Chile, hasta el Instituto Alemán Carlos Andwanter. Una ubicación única dentro de Valdivia, con una cantidad particular de vegetación, edificios, y parques que hacen de la Isla un atractivo turístico.

En su mayoría, los espacios urbanos explorados dentro del sector son más que todo lugares de comercio, educación, trámites y de encuentros (eso último también es comercio, pero vale destacarlo): restaurantes de mediana-alta gama económica, sucursales de bancos, galerías, librerías (tanto de libros como las ‘librerías’ de útiles escolares) y cafeterías son lo predominante encontrado en lo urbano del sector de la Teja registrado en el presente trabajo.

Esta estructura de edificios comerciales es cortada por espacios de naturaleza: parques enteros, árboles que dividen edificios, vegetación entre caminos. Incluso, la mayoría de estos espacios de comercio incluyen decoraciones de macetas con plantas, reforzando la idea de lo natural, a pesar que varias de estas plantas sean plásticas, exclusivamente decorativas.

Marcas sonoras

Las marcas sonoras que le entregan identidad a ambas zonas son, principalmente, la fusión de dos ambientes sonoros que separados parecerían de sectores contradictorios.

Esta fusión que hace única sónicamente a la Isla Teja sería el caos bochornoso de la urbanidad y el comercio humano encontrado, junto con la posición de la naturaleza que marca fuertemente un protagonismo, manteniendo un equilibrio entre estas dos fuentes de sonido: lo urbano/humano y lo natural/animal, algo que no se ve en otros espacios en Valdivia.

Lo más cercano quizás sea El Bosque, por ejemplo, sector que también tiene a la naturaleza predominante, pero que, a diferencia del sector Teja, le falta esa característica más caótica y activa de lo urbano. No tiene:

-Esa gran congestión de tráfico que se produce en Isla Teja, debido a la alta presencia de vehículos motorizados que transitan por ella y los lugares aledaños, como la entrada de Niebla y la rotonda contigua o el puente Pedro de Valdivia, que son espacios donde habitualmente se produce un gran atochamiento vehicular.

-El “barullo o murmullo” constante que es propio de este tramo, puesto que hay un enorme flujo de personas, tanto estudiantes de la Universidad Austral, como del Colegio Alemán, y transeúntes habituales.

-La icónica presencia del comercio ambulante, que es algo completamente especial y que caracteriza esa riqueza cultural del estudiante, un espacio para todos, donde se reúnen a observar y elegir qué sabor degustarán; “hamburguesas veganas a mil”, “lleve su queque de zapallo”, “Brownies Mágicos veganos”, son algunas de las expresiones que se oyen al andar.

En cuanto a los aspectos predominantes de la naturaleza, es posible destacar:

-La gran fluidez de ruidos ambientales producidos por las criaturas que habitan a su alrededor, como las ranas ubicadas en su propio humedal que croan al pasar, o las Bandurrias que se quedan a pastar por todo el pastizal que recubre el suelo frente a la Alameda y nos deleitan con sus cantos únicos.

 -La presencia abundante de aves, todo gracias al gran parque Anwandter que se encuentra al costado. Y es que el Doradito Limón, es una especie que se desplaza desde Atacama a Valdivia durante los meses más calurosos y adora cantar, por lo que  se escucha bastante fuerte por estas épocas al caminar en esa dirección.

Información geográfica del sonido

Tal como comentamos anteriormente, la principal información geográfica que transmite este sector al ser recopilada en la etnografía sonora, es la abundancia de especies dentro de los espacios del sector considerados más “urbanos”. Para algunos de nuestros integrantes que vienen de otras regiones más norteñas, puede significar algo maravilloso el encontrarse con tal variedad de fauna, algo que quizás no se visualiza tanto en otras partes de Chile.

En adición, a pesar de la variedad y abundancia de animales, no quita que geográficamente, sea un lugar considerablemente urbanizado. Lo que evidencia la presencia de todas las consecuencias que genera la contaminación acústica causada por el caos del tráfico, que, a pesar de no esconder por completo los sonidos más naturales, estos pierden poder en la atención humana. 

Indicios culturales

Si, nos da a entender la diferencia, por ejemplo, de lo que acontece entre en la Teja y la Norte Grande, un lugar que no cuenta con acceso al río y que por lo general solo se escuchan transeúntes. En cambio en la Isla, la vida nocturna y diaria de los individuos es más grata, escuchándose siempre un ambiente más positivo y gratificante de visitar.

En definitiva, el sonido es una especie de espejo o expresión de la cultura y sociedad de los habitantes de un espacio, revela posibles razones de diferencias entre culturas territoriales. Los ruidos revelan una vida urbana activa en Isla Teja, sobre todo el espacio que visitamos, en concreto en la entrada, existe una actividad un tanto “bohemia” tanto en su aspecto nocturno como diurno, Isla Teja en este sector lleva calcada la juventud que la caracteriza, un entorno más pacífico, pero a la vez, un tanto enérgico, como desorganizado por el gran tumulto de cosas pasando y bastante expresivo en su totalidad, en comparación a otros espacios públicos de Valdivia a esas horas. La vida nocturna y diaria de los individuos es más grata, escuchando siempre un ambiente más positivo, alegre y atractivo para visitar.

En resumen, el sonido o ruido ambiental de una cultura transmite de forma integral un mensaje completo de cómo interactúan todos los individuos y especies de un lugar, qué costumbres la caracterizan, y cómo inciden sus componentes habituales en la acústica que recopilamos. Por lo que, el registro sonoro, es sumamente importante, ya que entrega una valiosa información de los habitantes del lugar. Es más, por esto mismo es importante que la gente en general sea capaz de entrenar el oído de una forma que identifiquen aspectos únicos de su ambiente que, por medio de la escucha, sean más fáciles de encontrar, aunque esto, aparte del entreno del oído, también requiere experiencia de conocer otros lugares para así ir comparando la paleta sonora que se encuentra, si este espacio es más rural o urbano, si es más ruidoso o más compacto en cantidad de sonidos a la vez, etc.

Registro Sonoro Isla Teja (sin editar)

por Paula Alcaíno - Percy Alvarado - Franco Fuentes - Sebastián Sobarzo | Comunicación sonora