PORTAFOLIO GRUPO 5

GRUPO 5

Somos el mítico Grupo 5, reconocido mundialmente por su belleza e inteligencia. Este maravilloso grupo está conformado por Emilia «Quena» Burgos, Emanuel «Manu» Carrasco, Liliana «LR.» Ruminot y Rocío «Yuyito» Vallejos. Y este es nuestro portafolio del ramo Taller de Producción Medial en Prensa Escrita, Gráfica y Televisión.

«Cuentos de amor de locura y de muerte»

de Horacio Quiroga

El almohadón de plumas

Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, aunque a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. El, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante tres meses -se habían casado en abril- vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseada menos severidad en ese rígido cielo de amor; más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía no poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaron eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia. En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. Había concluido, no obstante, por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza, que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin, una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de su marido. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto, Jordán, con honda ternura, le pasó muy lento la mano por la cabeza y Alicia rompió enseguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la más leve caricia de Jordán. Luego los sollozos fueron retardándose, y aun quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni pronunciar una palabra.
Fue ése el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente, amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
-No sé -le dijo a Jordán en la puerta de calle-. Tiene una gran debilidad que no me explico. Y sin vómitos, nada… Si mañana se despierta como hoy, llámame enseguida.
Al día siguiente, Alicia amanecía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, del todo inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces encendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin que se oyera el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, deteniéndose un instante en cada extremo a mirar a su mujer.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche quedó de repente con los ojos fijos. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
-¡Jordán! ¡Jordán! -clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer, Alicia lanzó un alarido de horror.
-¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravío, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, volvió en sí. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola por media hora, temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día tras día, hora tras hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta, Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
-Pst… -se encogió de hombros desalentado el médico de cabecera-. Es un caso inexplicable… Poco hay que hacer…
-¡Sólo eso me faltaba! -resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en subdelirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día, no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas oleadas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día, este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aun que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaban ahora en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama, y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y en la sala. En el silencio agónico de la casa no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el sordo retumbo de los eternos pasos de Jordán.
Alicia murió por fin. La sirvienta, cuando entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
-¡Señor! -llamó a Jordán en voz baja-. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente y se dobló sobre él. En efecto, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
-Parecen picaduras -murmuró la sirvienta, después de un rato de inmóvil observación.
-Levántelo a la luz -le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó; pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirándolo, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
-¿Qué hay? -murmuró con voz ronca.
-Pesa mucho -articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó la funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandos. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado, que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche tras noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón sin duda había impedido al principio su desarrollo; pero desde que la joven no pudo moverse, la succión
fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había el monstruo vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir, en ciertas condiciones, proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.

Ficha bibliográfica: Cuentos de amor de locura y de muerte es un libro de cuentos de Horacio Quiroga publicado en 1917 por la Sociedad Cooperativa Editorial Limitada. La primera publicación incluye 18 relatos y en siguientes ediciones el propio autor realiza algunas modificaciones en los cuentos y excluye Los ojos sombríosEl infierno artificial y El perro rabioso. El tema de la muerte resalta en la mayoría de los relatos. Por decisión expresa del autor, el título no lleva coma.

Biografía del autor: Horacio Silvestre Quiroga Forteza fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Fue uno de los maestros del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista.​ Sus relatos a menudo retratan a la naturaleza con rasgos temibles y horrorosos, como enemiga de las circunstancias del ser humano. Ha sido considerado creador del cuento moderno hispanoamericano. Su trabajo muestra una clara influencia del Modernismo, aunque él mismo menciona a sus admirados maestros en su “Decálogo del perfecto cuentista: Edgar Allan Poe, Maupassant, Kipling, Chéjov.

Contexto histórico: El cuento “El amohadón de plumas” de Horacio Quiroga fue publicado por primera vez en 1917 en el libro “Cuentos de amor de locura y de muerte”. Quiroga toma inspiración de Edgar Allan Poe, por lo que trata temas terroríficos y generan incomodidad en el lector. Si bien, esta historia es relativamente atemporal, se podría pensar en una historia contemporánea al autor, es decir fines del siglo XIX e inicios del siglo XX.

Voyant Tools

Voyant-Tools es una herramienta web para la lectura y el análisis de textos, diseñada para facilitar la lectura y la interpretación, en aplicación de humanidades digitales y análisis de contenido.

A continucación, puedes revisar dos visualizaciones que analizan el contenido del cuento «El amohadón de plumas» de Horacio Quiroga.

Análisis del texto: nube de palabras

En el libro de Horacio Quiroga, “Cuentos de amor, locura y muerte”, los personajes y sus interacciones son el eje central de la historia, usando reiteradamente diálogos y mención de los nombres de los protagonistas. En el diagrama se aprecia que las dos palabras más frecuentes son “Nébel” y “Kassim”. 

Además, se realizan constantemente referencias temporales, tales como “vez”, “rato”, “año”, “día”, entre otras. Esto demuestra que las historias abarcan largos períodos de tiempo.

Análisis del gráfico: tendencias

Este gráfico, muestra que además hay una gran frecuencia de palabras que hacen referencia a relaciones familiares o vínculos amorosos, “marido”, “mujer”, “padre”, “madre”, «mujer», «hombre». Las relaciones personales son el eje central de la trama de los cuentos analizados de Horacio Quiroga. 

TimeLine

Las líneas de tiempo son herramientas familiares y comunes utilizadas para organizar y presentar datos e información. Estas herramientas permiten una mejor comprensión de fenómenos o conceptos a través de sus características temporales y que, por lo general, están relacionados lógicamente a través de causa y efecto.

Aquí puedes acceder a una línea de tiempo sobre la condición digital. La condición digital se refiere al cambio cultural que permite que la tecnología sea un elemento clave en todos los aspectos de nuestra vida. Para mayor información, te invitamos a entrar a nuestra Timeline. 

Video Remix

La remediación es competencia, coevolución y cooperación entre diferentes medios. Corresponde a una práctica de imitación, resignificación y reelaboración de un contenido o formato medial por medio de la intervención deliberada, con fines creativos, críticos, comunicativos o expresivos

Tomar lo que ya existe y crear algo nuevo. Revisa este gran Remix con la canción «Hit the Road Jack» de Ray Charles para que entiendas mejor este concepto. wink

Galería de Fotos

La composición de imágenes digitales es un proceso en el que se combinan dos o más componentes visuales y textuales en un mismo documento digital, por medio de aplicaciones de edición, para crear productos mediales complejos.

Esto permite generar productos mediales más complejos o más creativos. A continuación, te dejamos algunos ejemplos de cómo usar las herramientas de edición de forma creativa.

Registros Sonoros

Poema Sonoro

Es un forma de expresión artística que combina elementos poéticos y sonoros para  conformar un obra que explora los sonidos.  Pueden incluir palabras, ruidos o silencios. Aquí reinterpretamos el poema ‘Bestiarium’, del alemán Ernst Jandl.

Collage Sonoro

Es una composición artística creada a partir de una recolección, superposición y mezclas de sonidos, como sonidos ambientales, voces o efectos sonoros para conformar una única pieza. Nuestra recreación de un paradero de micros en horario punta.

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